PALUDISMO/MALARIA: [5]«Paludismo» (Actualización <> OMS, Nota descriptiva, Noviembre de 2017) /[4]«Informe mundial sobre el paludismo 2017: Preguntas y respuestas en línea» <> «Entrevista con el Dr. Abdisalan Noor, Jefe del Equipo de Vigilancia, Programa Mundial sobre Paludismo» (OMS/Paludismo, 29 de noviembre de 2017) /[3]«El informe de la OMS sobre el paludismo revela que los avances se están estancando» (OMS/Comunicado de prensa, 29 DE NOVIEMBRE DE 2017) /[2]«10 datos sobre el paludismo» (OMS/Reportajes, Diciembre de 2016) /[1]«¿Transmiten todos los mosquitos el paludismo?» (OMS/Preguntas y respuestas en línea, Abril de 2016)




[5] «Paludismo» (Actualización)

(OMS, Nota descriptiva, Noviembre de 2017)

FUENTE: OMS 2017 / Centro de prensa > Notas descriptivas

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs094/es/

 

Paludismo

Nota descriptiva
Noviembre de 2017


Datos y cifras

  • El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles. Se trata de una enfermedad prevenible y curable.
  • Se calcula que en 2016 hubo 216 millones de casos de paludismo en 91 países, lo que significa un aumento de aproximadamente 5 millones con respecto a 2015.
  • Las muertes por paludismo fueron 445 000, cifra similar a la de 2015 (446 000).
  • La Región de África de la OMS soporta una parte desproporcionada de la carga mundial de paludismo. En 2016, el 90% de los casos y el 91% de los fallecimientos por la enfermedad se produjeron en esta Región.
  • La financiación total del control y la eliminación del paludismo alcanzó en 2016 una cifra estimada de US$ 2700 millones. La contribución de los gobiernos de los países endémicos ascendió a US$ 800 millones, que representan el 31% de los fondos.

El paludismo es causado por parásitos del género Plasmodium que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles, los llamados vectores del paludismo. Hay cinco especies de parásitos causantes del paludismo en el ser humano, si bien dos de ellas – Plasmodium falciparum y Plasmodium vivax – son las más peligrosas.

  • P. falciparum es el parásito causante del paludismo más prevalente en el continente africano. Es responsable de la mayoría de las muertes provocadas por el paludismo en todo el mundo.
  • P. vivax es el parásito causante del paludismo dominante en la mayoría de los países fuera del África subsahariana.

Síntomas

El paludismo es una enfermedad febril aguda. En un individuo no inmune, los síntomas suelen aparecer entre 10 y 15 días tras la picadura del mosquito infectivo. Puede resultar difícil reconocer el origen palúdico de los primeros síntomas (fiebre, dolor de cabeza y escalofríos), que pueden ser leves. Si no se trata en las primeras 24 horas, el paludismo por P. falciparum puede agravarse, llevando a menudo a la muerte.

Los niños con enfermedad grave suelen manifestar uno o más de los siguientes síntomas: anemia grave, sufrimiento respiratorio relacionado con la acidosis metabólica o paludismo cerebral. En el adulto también es frecuente la afectación multiorgánica. En las zonas donde el paludismo es endémico, las personas pueden adquirir una inmunidad parcial, lo que posibilita la aparición de infecciones asintomáticas.

¿Quién está en riesgo?

En 2016, casi la mitad de la población mundial corría el riesgo de padecer el paludismo. La mayoría de los casos y de las muertes se registran en el África subsahariana, pero también se ven afectadas las regiones de la OMS de Asia Sudoriental, el Mediterráneo Oriental, el Pacífico Occidental y las Américas. En 2016, 91 países y áreas experimentaban una transmisión continua de la enfermedad.

Algunos grupos de población corren un riesgo considerablemente más elevado que otros de contraer la enfermedad y presentar manifestaciones graves: los lactantes, los niños menores de cinco años, las embarazadas y los pacientes con VIH/sida, así como los emigrantes no inmunes de zonas endémicas, los viajeros y los grupos de población itinerante.

Los programas nacionales de lucha contra el paludismo deberían tomar medidas especiales para proteger de la infección a estos grupos poblacionales, habida cuenta de su situación específica.

Carga de la enfermedad

Según el último Informe mundial sobre el paludismo, publicado en noviembre de 2017, en 2016 hubo 216 millones de casos de paludismo, en comparación con los 211 millones de 2015. La cifra estimada de muertes por paludismo fue de 445 000, similar a la de 2015 (446 000).

La Región de África de la OMS continúa soportando una parte desproporcionada de la carga mundial de la enfermedad. En 2016, el 90% de los casos y el 91% de los fallecimientos se han registrado en esta región. Quince países, todos ellos del África subsahariana, excepto la India, sufrieron el 80% de la carga mundial de esta enfermedad.

En las zonas donde la transmisión del paludismo es elevada, los niños menores de cinco años son especialmente vulnerables a contraer la infección, enfermar y fallecer; más de dos tercios (el 70%) de las muertes por paludismo se registran en este grupo de edad.

La cifra de muertes por la enfermedad entre los niños menores de cinco años se ha reducido de 440 000 en 2010 a 285 000 en 2016. Sin embargo, el paludismo sigue siendo una de las principales causas de muerte en menores de 5 años, al cobrarse la vida de uno de ellos cada 2 minutos.

Transmisión

El paludismo se transmite en la mayoría de los casos por la picadura de mosquitos hembra del género Anopheles. En el mundo hay más de 400 especies de Anopheles, pero solo 30 de ellas son vectores importantes del paludismo. Todas las especies que son vectores importantes pican entre el anochecer y el amanecer. La intensidad de la transmisión depende de factores relacionados con el parásito, el vector, el huésped humano y el medio ambiente.

Los mosquitos Anopheles hembra ponen sus huevos en el agua. Tras eclosionar los huevos, las larvas se desarrollan hasta alcanzar el estado de mosquito adulto. Los mosquitos hembra buscan alimentarse de sangre para nutrir sus huevos. Cada especie muestra preferencias con respecto a su hábitat acuático; por ejemplo, algunos prefieren las acumulaciones de agua dulce superficial, como los charcos y las huellas dejadas por los cascos de los animales, que se encuentran en abundancia durante la temporada de lluvias en los países tropicales.

La transmisión es más intensa en lugares donde los mosquitos tienen una vida relativamente larga que permite que el parásito tenga tiempo para completar su desarrollo en el interior de su organismo, y cuando el vector prefiere picar al ser humano antes que a otros animales. Por ejemplo, la larga vida y la marcada preferencia por los humanos que presentan las especies que actúan como vectores en África son la principal causa de que más del 90% de los casos de paludismo se registren en ese continente.

La transmisión también depende de condiciones climáticas que pueden modificar el número y la supervivencia de los mosquitos, como el régimen de lluvias, la temperatura y la humedad. En muchos lugares la transmisión es estacional y alcanza su máxima intensidad durante la estación lluviosa e inmediatamente después.

Se pueden producir epidemias de paludismo cuando el clima y otras condiciones favorecen súbitamente la transmisión en zonas donde la población tiene escasa o nula inmunidad, o cuando personas con escasa inmunidad se desplazan a zonas con transmisión intensa, como ocurre con los refugiados o los trabajadores migrantes.

La inmunidad humana es otro factor importante, especialmente entre los adultos residentes en zonas que reúnen condiciones de transmisión moderada a intensa. La inmunidad se desarrolla a lo largo de años de exposición y, a pesar de que nunca proporciona una protección completa, reduce el riesgo de que la infección cause enfermedad grave.

Es por ello que la mayoría de las muertes registradas en África corresponden a niños pequeños, mientras que en zonas con menos transmisión y menor inmunidad se encuentran en riesgo todos los grupos de edad.

Prevención

La lucha antivectorial es el medio principal de reducir la transmisión del paludismo. Si la cobertura de las intervenciones de esta índole es suficiente en una zona determinada, se protegerá a toda la comunidad.

La OMS recomienda proteger a todas las personas expuestas a contraer la enfermedad mediante medidas eficaces de lucha antivectorial. Para el control efectivo del vector, recomienda proteger a toda la población que se encuentra en riesgo de infectarse. Hay dos métodos de lucha contra los vectores que son eficaces en circunstancias muy diversas: los mosquiteros tratados con insecticidas y la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual.

Mosquiteros tratados con insecticidas

Los mosquiteros que se utilizan preferentemente en los programas de salud pública están impregnados con insecticidas de acción prolongada. En la mayoría de los lugares, la OMS recomienda distribuir este tipo de mosquiteros a todas las poblaciones en riesgo. La forma más costoeficaz de conseguirlo es suministrarlos gratuitamente, de modo que todas las personas tengan acceso a ellos en las mismas condiciones.

Al mismo tiempo, es preciso utilizar estrategias de comunicación eficaces para convencer a todas las personas que se encuentran en riesgo de contraer la enfermedad de la importancia de dormir todas las noches bajo estos mosquiteros y de cuidar de que se mantengan en buen estado.

Fumigación de interiores con insecticidas de acción residual

La fumigación de interiores con insecticidas de acción residual (FIAR) es una intervención potente que reduce en poco tiempo la transmisión del paludismo. Su eficacia se obtiene cuando se fumiga al menos el 80% de las casas de las zonas destinatarias. La FIAR es eficaz durante 3 a 6 meses, dependiendo de los insecticidas utilizados y del tipo de superficie fumigada. En algunos lugares, es preciso repetir la operación varias veces para proteger a la población durante toda la temporada de transmisión del paludismo.

Medicamentos antipalúdicos

En la prevención de la enfermedad también se pueden utilizar antipalúdicos. Los viajeros pueden tomar fármacos profilácticos que detienen la infección en su fase hemática y previenen así la enfermedad. Para las embarazadas residentes en zonas donde la transmisión es moderada o alta, la OMS recomienda el tratamiento profiláctico intermitente con sulfadoxina-pirimetamina en cada consulta prenatal programada a partir del primer trimestre. Asimismo, se recomienda administrar tres dosis de tratamiento profiláctico intermitente con sulfadoxina-pirimetamina, junto con las vacunaciones sistemáticas, a los lactantes residentes en zonas de África donde la transmisión es elevada.

En 2012, la OMS recomendó la quimioprofilaxis estacional del paludismo como estrategia adicional de prevención de la enfermedad en zonas del Sahel, subregión de África, mediante la administración de tandas terapéuticas mensuales de amodiaquina y sulfadoxina-pirimetamina a todos los menores de 5 años durante la estación de máxima transmisión.

Resistencia a los insecticidas

Gran parte del éxito obtenido hasta ahora en el control del paludismo se debe a la lucha antivectorial, que depende en gran medida de la utilización de piretroides, la única clase de insecticidas recomendada en la actualidad para los mosquiteros tratados con insecticidas, incluidos los de acción prolongada.

En los últimos años han aparecido mosquitos resistentes a los piretroides en muchos países. En algunas zonas se han detectado resistencias a las cuatro clases de insecticidas utilizadas en el ámbito de la salud pública. Afortunadamente, esta resistencia raramente ha reducido la eficacia de los mosquiteros tratados con insecticidas de acción prolongada, que siguen proporcionando un alto nivel de protección en casi todas las situaciones. En cuanto a la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual, un método recomendado para evitar las resistencias es alternar el empleo de distintas clases de productos.

No obstante, en algunas zonas del África subsahariana y en la India donde el paludismo es endémico ha suscitado gran preocupación la coexistencia de un alto nivel de transmisión de la enfermedad y una resistencia generalizada a los insecticidas, según indican los informes notificados.

El empleo de mosquiteros impregnados con dos insecticidas distintos puede reducir el riesgo de que los vectores desarrollen resistencias y de que estas se extiendan, por lo que es prioritario fabricarlos. Ya hay varios productos prometedores en fase de desarrollo tanto para los mosquiteros como para la FIAR.

La detección de resistencias a los insecticidas debe ser un componente esencial de todos los programas nacionales de lucha contra el paludismo, con el fin de garantizar que se utilizan los métodos más eficaces de lucha antivectorial. La elección del insecticida de acción residual utilizado en la fumigación debe basarse siempre en datos locales y recientes sobre la susceptibilidad de los vectores a los que se dirige.

Con el fin de garantizar una respuesta mundial rápida y coordinada frente a la amenaza de la resistencia a los insecticidas, la OMS ha colaborado con numerosas partes interesadas para elaborar el Plan mundial para el manejo de la resistencia a insecticidas en los vectores de paludismo, que se puso en marcha en mayo de 2012.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico y el tratamiento tempranos del paludismo atenúan la incidencia de la enfermedad, reducen sus efectos mortales y contribuyen a prevenir su transmisión. La mejor opción terapéutica disponible, especialmente para el paludismo por P. falciparum, es el tratamiento combinado con artemisinina.

La OMS recomienda, antes de administrar el tratamiento, la confirmación del diagnóstico con métodos parasitológicos (ya sean pruebas de microscopía o de diagnóstico rápido), cuyos resultados pueden obtenerse en 30 minutos o incluso menos. La prescripción de un tratamiento basada únicamente en la sintomatología debe reservarse para aquellos casos en los que no sea posible hacer un diagnóstico parasitológico. En las Directrices para el tratamiento del paludismo(tercera edición), publicadas por la OMS en inglés en abril de 2015, se dan recomendaciones más detalladas.

Farmacorresistencia

La resistencia a los antipalúdicos es un problema recurrente. Las resistencias en P. falciparum a generaciones anteriores de fármacos como la cloroquina y la sulfadoxina-pirimetamina se generalizaron durante las décadas de 1950 y 1960, socavando la lucha contra el paludismo y revirtiendo la mejora progresiva en la supervivencia infantil.

La OMS recomienda un seguimiento continuo de la resistencia a los antipalúdicos, y presta apoyo a los países para que refuercen esta importante área de trabajo.

El tratamiento combinado recomendado incluye artemisinina y otro fármaco. En los últimos años se han detectado resistencias de los parásitos a la artemisinina en cinco países de la subregión del Gran Mekong: Camboya, Myanmar, República Democrática Popular Lao, Tailandia y Viet Nam. Los estudios han confirmado la aparición de resistencias a la artemisinina en muchos puntos de esta subregión.

En 2013, la OMS lanzó la Respuesta de emergencia a la resistencia a la artemisinina en la subregión del Gran Mekong, consistente en un plan de ataque de alto nivel para contener la propagación de los parásitos farmacorresistentes y proporcionar a las poblaciones en riesgo de padecer el paludismo instrumentos capaces de salvarles la vida. Sin embargo, incluso después de que esta labor ya estuviera en curso, han aparecido nuevas bolsas independientes de resistencia en nuevas zonas geográficas de la subregión. Asimismo, en algunos entornos ha habido informes sobre un aumento de la resistencia a otros fármacos utilizados en el tratamiento combinado basado en la artemisinina. Ello hizo necesario un nuevo enfoque para mantenerse a la par de los cambios en el panorama del paludismo.

Por ello, el Comité Asesor de la OMS en Políticas sobre el Paludismo recomendó en septiembre de 2014 la adopción del objetivo de eliminar el paludismo por P. falciparum en la subregión para 2030. En la Asamblea Mundial de la Salud celebrada en mayo de 2015, la OMS presentó la estrategia para la eliminación del paludismo en la subregión del Gran Mekong (2015–2030), que fue aprobada por todos los países de la subregión.

Con la orientación técnica de la OMS, todos los países de la subregión del Gran Mekong han elaborado planes nacionales de eliminación del paludismo. En colaboración con los asociados, la OMS seguirá prestando apoyo a los países en sus esfuerzos por alcanzar la eliminación, para lo cual ha lanzado el Programa de Eliminación del Paludismo en el Mekong, una nueva iniciativa sucesora de la Respuesta de emergencia a la resistencia a la artemisinina en la subregión del Gran Mekong.

Vigilancia

La vigilancia consiste en hacer un seguimiento de la enfermedad y de las respuestas programáticas, así como en la adopción de medidas basadas en los datos recibidos. En la actualidad, muchos países en los que la prevalencia del paludismo es elevada no disponen de suficientes sistemas de vigilancia y no son capaces de analizar la distribución y las tendencias de la enfermedad, por lo que no pueden responder de forma óptima ni controlar los brotes.

Es fundamental mantener una vigilancia eficaz allí donde se encuentra la enfermedad hasta lograr su eliminación. En la Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria 2016-2030 se recomienda que los países conviertan la vigilancia en una intervención básica. Si se dispone de sistemas de vigilancia sólidos, es posible aplicar las medidas de los programas de forma óptima para:

  • promover la inversión de agentes nacionales e internacionales de forma que corresponda a la carga de paludismo en cada país o zona dentro de los países;
  • asignar recursos a las poblaciones que más los necesitan y a las intervenciones más eficaces para lograr el máximo impacto en términos de salud pública;
  • evaluar periódicamente si los planes avanzan según lo esperado y si es necesario ampliar el alcance o el tipo de intervenciones que se efectúan;
  • explicar el impacto de la financiación recibida y permitir que la población, sus representantes electos y los donantes determinen si resulta rentable; y
  • evaluar si se han alcanzado los objetivos del programa, fijándose en las intervenciones que han funcionado para mejorar la eficacia y la eficiencia de los programas.

Es preciso reforzar con urgencia los sistemas de vigilancia para responder oportuna y eficazmente a la enfermedad en las regiones en que es endémica, prevenir los brotes y epidemias, hacer un seguimiento de los progresos alcanzados y conseguir que los gobiernos y la comunidad internacional asuman la responsabilidad de la lucha contra el paludismo.

Eliminación

La eliminación del paludismo se define como la interrupción de la transmisión local de un determinado parásito palúdico en una zona geográfica definida como consecuencia de actividades intencionadas. Es necesario seguir aplicando medidas para evitar el restablecimiento de la transmisión. (La certificación de la eliminación del paludismo en un país requiere la interrupción de la transmisión local de todos los parásitos causantes de paludismo humano).

A su vez, por erradicación se entiende la reducción permanente a cero de la incidencia mundial de la infección causada por parásitos del paludismo humano como consecuencia de actividades intencionadas. Una vez lograda la erradicación ya no se necesitan más intervenciones.

El ritmo con que avanza cada país depende de la solidez de su sistema nacional de salud, el nivel de inversión en la lucha contra la enfermedad y otros factores como los determinantes biológicos, aspectos medioambientales y la realidad social, demográfica, política y económica.

En los países con transmisión moderada de los parásitos, el objetivo de los programas nacionales de lucha antipalúdica es reducir en lo posible la prevalencia y la mortalidad por la enfermedad.

Cuando un país está a punto de lograr la eliminación, los sistemas de vigilancia intensificada pueden ayudar a detectar y tratar todos los casos, así como a notificarlos al registro nacional de paludismo. Es importante tratar cuanto antes a los pacientes a los que se ha diagnosticado esta enfermedad con medicamentos antipalúdicos eficaces para proteger su salud y prevenir la transmisión en la comunidad.

Los países donde no se ha registrado ningún caso nuevo durante al menos tres años consecutivos pueden solicitar que la OMS certifique la eliminación de la enfermedad. En los últimos años, la Directora General de la OMS ha certificado la eliminación del paludismo en siete países: Emiratos Árabes Unidos (2007), Marruecos (2010), Turkmenistán (2010), Armenia (2011), Maldivas (2015), Sri Lanka (2016) y Kirguistán (2016).

El Marco de la OMS para la eliminación del paludismo (2017) (A Framework for Malaria Elimination) ofrece una serie detallada de instrumentos y estrategias para lograr la eliminación y mantenerla.

Vacunas contra el paludismo

La vacuna RTS,S/AS01 (RTS,S) —conocida también como Mosquirix™— es una vacuna inyectable que proporciona una protección parcial contra el paludismo en niños pequeños y que está siendo evaluada en el África subsahariana como instrumento de control complementario que podría añadirse (pero no remplazar) al paquete básico de medidas preventivas, diagnósticas y terapéuticas recomendadas por la OMS.

En julio de 2015, la Agencia Europea del Medicamento, una autoridad de reglamentación farmacéutica rigurosa, emitió una opinión positiva sobre la vacuna. En octubre de 2015, dos grupos consultivos de la OMS recomendaron la aplicación experimental de la vacuna RTS,S/ASO1 en un número limitado de países africanos. La OMS adoptó estas recomendaciones y es firme partidaria de realizar estos estudios experimentales como siguiente paso para conseguir la primera vacuna contra el paludismo.

En noviembre de 2016 la OMS anunció que la vacuna RTS,S se empezaría a utilizar en proyectos piloto en 3 países del África subsahariana. La financiación de la fase inicial del programa ha sido asegurada, y el inicio de la vacunación está previsto para 2018. Estos proyectos piloto podrían abrir el camino a una utilización más amplia de la vacuna, siempre que su seguridad y eficacia se consideren aceptables.

Respuesta de la OMS

La estrategia técnica mundial contra el paludismo 2016-2030, aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2015, es un marco técnico para todos los países donde el paludismo es endémico. El objetivo de la estrategia es dar orientación y apoyo a los programas nacionales y regionales en su labor de lucha y eliminación del paludismo.

La estrategia establece metas ambiciosas pero realistas a nivel mundial:

  • reducir la incidencia del paludismo al menos en un 90% para 2030;
  • reducir la mortalidad por paludismo al menos en un 90% para 2030;
  • eliminar la enfermedad al menos en 35 países para 2030;
  • impedir su reaparición en los países en los que se ha certificado su ausencia.

Esta estrategia es fruto de una amplia consulta realizada durante dos años, en la que han participado más de 400 expertos técnicos de 70 Estados Miembros. Se basa en los tres pilares siguientes:

  • asegurar el acceso universal a servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento del paludismo;
  • agilizar las actividades destinadas a la eliminación y lograr la certificación de ausencia de paludismo; y
  • conseguir que la vigilancia de esta enfermedad se considere una intervención básica.

El Programa Mundial sobre Paludismo de la OMS coordina las actividades mundiales que la Organización desarrolla para luchar contra esta enfermedad y lograr eliminarla. A este respecto:

  • define, comunica y difunde normas, criterios, políticas, estrategias técnicas y directrices basadas en datos científicos, y promueve su adopción;
  • hace una valoración independiente de los progresos realizados a nivel mundial;
  • elabora métodos para la creación de capacidad, el fortalecimiento de los sistemas y la vigilancia; y
  • detecta las posibles amenazas a la lucha contra el paludismo y a la eliminación de la enfermedad, así como nuevas áreas de acción.

El Programa Mundial sobre Paludismo recibe el apoyo y el asesoramiento del Comité Asesor en Políticas sobre el Paludismo, un grupo de 15 expertos mundiales en esta enfermedad nombrados tras un proceso de candidatura abierto. El Comité se reúne dos veces al año y brinda asesoramiento independiente a la OMS para que elabore recomendaciones acerca del control y la eliminación del paludismo.

El mandato del Comité consiste en proporcionar asesoramiento estratégico y técnico, y abarca todos los aspectos del control y la eliminación de la enfermedad, como parte de un proceso transparente, sensible y creíble de formulación de políticas.

Para más información puede ponerse en contacto con:

WHO Media centre
Centro de prensa de la OMS
e-mail: mediainquiries@who.int

Vídeo: progresos y desafíos


 

 



PALUDISMO: [4] «Informe mundial sobre el paludismo 2017: Preguntas y respuestas en línea»

«Entrevista con el Dr. Abdisalan Noor, Jefe del Equipo de Vigilancia, Programa Mundial sobre Paludismo»

(OMS / Paludismo, 29 de noviembre de 2017)

OMS 2017 / Paludismo

http://www.who.int/malaria/media/world-malaria-report-2017-qa/es/

 

Informe mundial sobre el paludismo 2017: Preguntas y respuestas en línea

Entrevista con el Dr. Abdisalan Noor, Jefe del Equipo de Vigilancia, Programa Mundial sobre Paludismo

29 de noviembre de 2017

¿Cuáles son las buenas noticias en el informe mundial de paludismo de este año 2017?

Hay varios hechos positivos en el informe de este año. Primero, más países están acelerando sus esfuerzos hacia la eliminación. En 2016, 44 países informaron menos de 10 000 casos de paludismo, en comparación con solo 37 países en 2010. Por segundo año consecutivo, la Región Europea de la OMS continuó sin paludismo.

Estamos viendo que las tasas de cobertura de acceso a intervenciones para prevenir el paludismo, como mosquiteros tratados con insecticida (MTI), han aumentado en la mayoría de las regiones de la OMS en 2016 en comparación con 2010. Otro hecho positivo es que las pruebas de diagnóstico de casos sospechosos de paludismo en el sector público han aumentado significativamente en la mayoría de las regiones desde 2010. El mayor aumento se registró en la región de África, donde las pruebas diagnósticas aumentaron del 36% en 2010 al 87% en 2016. Sin embargo, para todas las intervenciones de control del paludismo, permanecemos significativamente por debajo de los objetivos para un acceso universal.

Otra buena noticia es que todas las regiones registraron disminuciones en la mortalidad por paludismo en 2016 en comparación con 2010, a excepción de la Región del Mediterráneo Oriental de la OMS, donde las tasas de mortalidad se han mantenido prácticamente sin cambios.

¿Qué conclusiones le preocupan del informe?

Cuando miramos más de cerca los datos, la tendencia a la reducción en los casos y muertes por paludismo se ha estancado e incluso revertido en algunas regiones; al menos en los últimos tres años. Igualmente preocupante son las brechas continuas en la cobertura de intervenciones básicas de prevención, diagnóstico y tratamiento. Como se señala en el informe, menos de la mitad de los hogares en los países del África subsahariana tienen mosquiteros suficientes, y solo alrededor de un tercio de los niños con fiebre en la Región de África son llevados a un proveedor médico en el sector público.

Después de años de progreso, ¿por qué vemos una desaceleración en la lucha mundial contra el paludismo?

A nivel mundial, podemos decir con seguridad que, después de un período de éxito sin precedentes, ya no estamos progresando, lo cual es respaldado por los datos del informe de este año.

Identificar qué hay detrás de esta tendencia es difícil; en cualquier país dado, puede haber una multitud de razones por las que la carga del paludismo está aumentando. Los factores que impactan el progreso pueden variar desde fondos insuficientes y brechas en las intervenciones de prevención del paludismo, hasta variaciones relacionadas con el clima. Sin más datos, es difícil identificar, con cierto grado de certeza, una causa específica para las tendencias que estamos viendo. Lo que es primordial ahora es tomar el informe de paludismo de este año como una llamada de atención para estimular la acción.

La portada del informe mundial sobre el paludismo muestra un signo de cruce de caminos. ¿Cuál es el mensaje que se está comunicando?

La noción de encrucijada pretende resumir el estado actual de la respuesta mundial al paludismo: con los niveles actuales de financiación y la cobertura de las intervenciones actuales, hemos alcanzado los límites de lo que se puede lograr en la lucha contra esta enfermedad. El hecho de que los fondos para el paludismo se hayan estabilizado, el número de casos de paludismo en 2016 sea similar al número de casos en 2012 y que aún existan grandes brechas en la cobertura de intervenciones clave para el control del paludismo, deja en claro que a menos que aumentemos nuestros esfuerzos, no vamos a ver ningún progreso adicional.

¿Por qué hay una fuerte disminución en el uso de rociamiento residual intradomiciliar?

La proporción de la población en riesgo protegida con rociamiento residual intradomiciliar (RRI), una intervención que consiste en rociar las paredes interiores de las viviendas con insecticidas, disminuyó a nivel mundial de un pico del 5,8% en 2010 al 2,9% en 2016, con disminuciones en todas las regiones de la OMS. El número de personas protegidas en 2010 fue de 180 millones en todo el mundo, reduciéndose a alrededor de 100 millones en 2016.

Si bien aún no hay una evidencia clara de por qué esto está ocurriendo, las disminuciones en la cobertura con insecticidas en RRI ocurren a medida que los países cambian o rotan los químicos que están usando para tratar de prevenir la propagación de mosquitos resistentes a los piretroides. Debido a que los insecticidas alternativos son más costosos que los piretroides, se necesita una mayor financiación para mantener altos niveles de cobertura de esta intervención clave (RRI) para reducir rápidamente la transmisión del paludismo.

¿Qué tan grande es la amenaza de la resistencia a los medicamentos antipalúdicos y la resistencia a los insecticidas en los esfuerzos mundiales para controlar y eliminar el paludismo?

La OMS se toma muy en serio la resistencia a cualquier intervención efectiva para cortar enfermedades. Estamos trabajando con todos los países con paludismo endémico para controlar la eficacia de los medicamentos antipalúdicos basados en la artemisinina.

El informe de este año proporciona un análisis exhaustivo de la situación para capturar, por región de la OMS, el estado de la eficacia de los medicamentos antipalúdicos. En general, la amenaza inmediata de la resistencia a los medicamentos antipalúdicos es baja y la terapia combinada basada en artemisinina (TCA) sigue siendo eficaz en todos los entornos endémicos de paludismo. La resistencia a los insecticidas está más extendida, particularmente a los piretroides, los que se usan en mosquiteros y en el rociamiento residual intradomiciliar.

Un gran estudio multinacional coordinado por la OMS y realizado entre 2011 y 2016 mostró que los insecticidas continúan siendo una herramienta efectiva para la prevención del paludismo, incluso en áreas donde los mosquitos han desarrollado resistencia a los piretroides. Además, no existe una correlación clara entre la resistencia a los insecticidas y las tendencias en la carga del paludismo: algunos países con resistencia a los piretroides han mostrado reducciones en la carga de la enfermedad; otros con menos resistencia han mostrado un aumento. En última instancia, necesitamos más datos sobre el impacto de la resistencia a los insecticidas en la salud pública y más inversiones en esta área.

¿Qué hay de la eliminación del paludismo? ¿Están progresando los países?

Sí, hay progreso hacia la eliminación, pero la imagen es mixta. De los 91 países con transmisión de paludismo, 37 informaron menos de 10 000 casos en 2010 y, en 2016, el número aumentó a 44 países. Kirguistán y Sri Lanka fueron certificados por la OMS como libres de paludismo en 2016, y Argelia, que permaneció sin paludismo en 2016, ha presentado una solicitud formal a la OMS para su certificación. Además, Argentina y Paraguay planean comenzar pronto el proceso de certificación.

Uno de los hitos de la Estrategia técnica mundial contla la malaria 2016-2030 de la OMS para 2020 es eliminar el paludismo en al menos 10 países que tuvieron transmisión en 2015. Esto significa que un país debe lograr tener al menos un año con cero casos autóctonos para 2020.

En 2016, la OMS identificó 21 países con el potencial para alcanzar el objetivo de eliminación en 2020. Sin embargo, nuestro último Informe mundial sobre el paludismo muestra que 11 de estos países han registrado aumentos en los casos autóctonos de paludismo desde 2015, y cinco países informaron un aumento de más de 100 casos en 2016 en comparación con 2015. No obstante, soy optimista de que al menos 10 países lograrán el objetivo.

¿El nivel de financiación de la respuesta mundial al paludismo está en camino de alcanzar los objetivos de 2020 de la estrategia mundial contra el paludismo?

No, el nivel de recursos para el paludismo en la actualidad no es suficiente para alcanzar los objetivos de la ETM. En 2016, se invirtieron aproximadamente 2.700 millones de dólares en los esfuerzos de control y eliminación del paludismo en todo el mundo. Esta cantidad es apenas la mitad de lo que se requiere anualmente para alcanzar los hitos de la ETM para 2020.

En general, los fondos para el paludismo se han estabilizado desde 2010 y, cuando se analiza el ingreso per cápita país por país, la financiación ha disminuido para muchos países de alta carga, con un promedio inferior a US$ 2 por persona en riesgo. Este nivel se traduce en menos recursos disponibles para proteger a las crecientes poblaciones en riesgo de paludismo.

A pesar de las importantes crisis financieras y económicas experimentadas por muchos países en los últimos años, es encomiable que los niveles de financiación se hayan mantenido estables. Aun así, para alcanzar los objetivos de 2020 de la estrategia técnica mundial de la OMS para el paludismo, será fundamental aumentar el financiamiento internacional y las contribuciones de los países endémicos.

¿Cómo llega la OMS a sus estimaciones de casos en el Informe mundial sobre el paludismo?

La OMS aplica 3 métodos para calcular estimaciones de casos de paludismo. Uno de los métodos utiliza los datos rutinarios de países sin ningún ajuste; en otras palabras, usamos los datos ‘tal cual’ directamente del país. Este enfoque se aplica a los países que tienen muy pocos casos de paludismo, sistemas de vigilancia de alta calidad y están a punto de eliminar esta enfermedad.

El segundo método es para países fuera de África subsahariana, excluidos Botsuana, Etiopía, Namibia y Ruanda, que cuentan con un buen sistema de vigilancia de salud pública pero donde una gran proporción de pacientes buscan atención en el sector privado o no buscan tratamiento en absoluto. En este caso se realizan ajustes a las tasas de confirmación de los casos, reportes y tratamientos con relación a los datos informados.

El tercer método se aplica a la mayoría de los países de la región de África de la OMS donde los sistemas de vigilancia han sido históricamente débiles. Como resultado, para llegar a una estimación confiable, medimos la relación entre la prevalencia parasitaria y la incidencia de casos dentro de un área específica.

El Informe mundial sobre el paludismo 2017 indica que las estimaciones de este año son conservadoras. ¿Qué significa esto?

En muchos países de la región de África, las mejoras en los sistemas de vigilancia brindan nuevos conocimientos. Los datos de estos países muestran que el modelo existente de la OMS utilizado para estimar casos de paludismo, es decir, la tasa de incidencia parasitaria, probablemente esté subestimando el número real de casos en muchos países de la región. En 2018, la OMS hará una revisión exhaustiva de nuestros métodos de estimación de la carga de paludismo para la región de África.

El informe de este año analiza el impacto de las emergencias y la inestabilidad política en el progreso contra el paludismo. ¿Por qué incluir esto?

Como parte de la sección del informe sobre las amenazas al progreso mundial contra el paludismo, destacamos ejemplos concretos del impacto de conflictos, crisis humanitarias y la volatilidad política en el control del paludismo y los esfuerzos de eliminación. Los cuatro estudios de caso sobre epidemias de paludismo en Nigeria, Sudán del Sur, Yemen y el República Bolivariana de Venezuela demuestran la fragilidad del progreso y como los avances se pueden reversar, incluso debido a un corto período de conflicto o crisis económica. Por ejemplo, la región norte de Venezuela fue certificada como libre de paludismo en 1961, pero el año pasado fue el país líder en las Américas en términos de carga de paludismo. Y en Yemen, debido a la situación humanitaria actual, se está invirtiendo el progreso en curso con el aumento en los casos de paludismo vistos en 2016.

Última pregunta: ¿Cuál es su mayor preocupación en la lucha mundial contra el paludismo?

El paludismo representa una de las historias de mayor éxito en los últimos tiempos en términos de inversión vs. resultados en salud pública. Millones de casos y muertes se han evitado desde el año 2000 por medio de un escalamiento de intervenciones efectivas.

Dicho esto, me preocupa habernos vuelto complacientes y esperar que el progreso continúe con los mismos niveles de financiación. Desde 2013, la tasa de progreso ha reducido su marcha o se ha estancado en muchos países con paludismo endémico. Tenemos la oportunidad de duplicar nuestros esfuerzos, y no se trata solo de aumentar la inversión. También significa desarrollar mejores y más inteligentes formas de invertir los recursos disponibles. Cerrar las brechas en la cobertura de las intervenciones que sabemos que funcionan es absolutamente crítico, al igual que una inversión continua en investigación y el desarrollo de nuevas herramientas.

 



PALUDISMO: [3] «El informe de la OMS sobre el paludismo revela que los avances se están estancando»

[OMS / Comunicado de prensa, ]

OMS 2017 / Centro de prensa > Comunicados de prensa

http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2017/malaria-report-response/es/

 

El informe de la OMS sobre el paludismo revela que los avances se están estancando

Comunicado de prensa

 Tras un periodo de éxitos sin precedentes en la lucha mundial contra el paludismo (o malaria), los avances se estancan, según el Informe mundial sobre el paludismo 2017. Se calcula que en 2016 hubo 5 millones más de casos que en 2015. La cifra de muertes por paludismo se mantuvo en 445 000, cifra similar a la del año anterior.

«En los últimos años hemos hecho grandes avances en la lucha contra el paludismo», dice el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Estamos en un momento decisivo. Si no se toman medidas urgentes ya mismo, nos arriesgamos a volver atrás y a no alcanzar las metas mundiales establecidas para 2020 y los años siguientes».

En la Estrategia técnica mundial contra la malaria se propugna reducir en un 40%, como mínimo, la incidencia de casos de paludismo y su tasa de mortalidad de aquí a 2020. Según el último informe de la OMS sobre el paludismo, el mundo no está en el buen camino para alcanzar estas metas críticas.

Déficit de financiación

Uno de los grandes problemas es la insuficiente financiación nacional e internacional, que genera importantes deficiencias en la cobertura con mosquiteros tratados con insecticidas, medicamentos y otros instrumentos que pueden salvar vidas humanas.

Se calcula que en el mundo se invirtieron US$ 2700 millones en el control y la eliminación del paludismo en 2016. Esta cifra es inferior a los US $6500 millones anuales necesarios de aquí a 2020 para alcanzar las metas establecidas para 2030 en la estrategia mundial de la OMS contra el paludismo.

En 2016, los gobiernos de los países endémicos aportaron US$ 800 millones, que representan el 31% de la financiación total. Los Estados Unidos de América fueron el mayor financiador internacional de los programas de control del paludismo en 2016, con US$ 1000 millones (el 38% de la financiación total), seguidos por otros grandes donantes, como el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Francia, Alemania o Japón.

Las cifras mundiales

El informe revela que en 2016 la cifra estimada de casos de paludismo fue de 216 millones en 91 países, frente a los 211 millones de 2015, mientras que la de muertes por esta causa fue de 445 000 en 2016, en comparación con 446 000 el año anterior.

Aunque la tasa de nuevos casos de paludismo haya disminuido en general, desde 2014 esta tendencia se ha estancado, y en algunas regiones incluso se ha revertido. Las tasas de mortalidad por paludismo han seguido una evolución similar.

La Región de África sigue soportando un 90% de los casos y las muertes mundiales por paludismo. Quince países —excepto uno, todos del África subsahariana— soportan el 80% de la carga mundial de paludismo.

«Está claro que si queremos volver a encarrilar la respuesta mundial al paludismo, el principal centro de atención ha de ser el apoyo a los países más afectados de la Región de África», dice el Dr. Tedros.

Control del paludismo

En la mayoría de los países afectados por el paludismo la forma más frecuente y eficaz de prevenir la infección consiste en dormir bajo mosquiteros tratados con insecticidas (MTI). Se calcula que en 2016, en el África subsahariana dormían bajo MTI el 54% de las personas en riesgo de contraer la enfermedad, en comparación con el 30% en 2010. No obstante, según el informe, el ritmo de aumento de la cobertura con MTI se ha aminorado desde 2014.

El rociado de las paredes interiores de las viviendas es otra forma eficaz de prevenir el paludismo. El informe muestra una acusada reducción del número de personas protegidas con este método: de 180 millones en 2010 a 100 millones en 2016, siendo las mayores reducciones las observadas en la Región de África.

En esta Región ha habido un importante aumento de la realización de pruebas diagnósticas en el sector público: del 36% de los casos sospechosos en 2010 al 87% en 2016. La mayoría (70%) de los pacientes que buscaron tratamiento para el paludismo en el sector público recibieron tratamientos combinados basados en la artemisinina, que son los tratamientos farmacológicos más eficaces.

Sin embargo, en muchas zonas el acceso al sistema de salud público sigue siendo escaso. Las encuestas de ámbito nacional realizadas en la Región de África muestran que solo una tercera parte (34%) de los niños con fiebre son atendidos por médicos del sector público.

La lucha contra el paludismo en contextos complejos

El informe también señala otros retos que tiene ante sí la respuesta mundial al paludismo, en particular los riesgos que suponen los conflictos y las crisis en las zonas donde la enfermedad es endémica. La OMS está prestando apoyo a la lucha contra el paludismo en Nigeria, Sudán del Sur, la República Bolivariana de Venezuela y el Yemen, donde las crisis humanitarias en curso plantean graves riesgos para la salud.

En el estado de Borno (Nigeria), por ejemplo, la OMS apoyó este año la ejecución de una campaña de administración masiva de antipalúdicos que llegó a 1,2 millones de menores de 5 años residentes en las zonas de interés. Los resultados preliminares señalan una reducción de los casos y las muertes por paludismo en ese estado.

Una llamada de atención

«La respuesta al paludismo está en una encrucijada», dice el Dr. Pedro Alonso, Director del Programa Mundial sobre Paludismo, al comentar los datos del informe de este año. «Esperamos que el informe sirva como llamada de atención a la comunidad sanitaria mundial. La consecución de las metas mundiales relacionadas con el paludismo solo será posible con más inversiones y una ampliación de la cobertura con instrumentos básicos para prevenir, diagnosticar y tratar la enfermedad. Igualmente esencial es una financiación sólida de la investigación y desarrollo de nuevos instrumentos».

Para obtener más información, sírvase contactar con:

Saira Stewart
Programa Mundial sobre Paludismo, OMS
Móvil (celular): +41 79 500 6538
Correo electrónico: stewarts@who.int

Christian Lindmeier
Departamento de Comunicación, OMS
Teléfono: +41 22 791 1948
Móvil (celular): +41 795 006 552
Correo electrónico: lindmeierch@who.int

 



PALUDISMO: [2] «10 datos sobre el paludismo»

(OMS / Reportajes, Diciembre de 2016)

OMS 2016 / Reportajes > Cifras y datos > 10 datos sobre el paludismo

http://www.who.int/features/factfiles/malaria/es/

10 datos sobre el paludismo

Diciembre de 2016

Cerca de la mitad de la población mundial está expuesta al paludismo. En 2015 hubo unos 212 millones de casos de la enfermedad, que, según las estimaciones, costaron la vida a 429 000 personas.

La intensificación de las medidas de prevención y control se ha traducido en una reducción de las tasas de mortalidad por paludismo del 29% en todo el mundo desde el 2010.

El África subsahariana sigue soportando una parte desproporcionadamente elevada de la carga mundial de paludismo. En 2015 la región acaparó el 90% de los casos de malaria y el 92% de las muertes por esta causa.


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PALUDISMO: [1] «¿Transmiten todos los mosquitos el paludismo?»

(OMS / Preguntas y respuestas en línea, Abril de 2016)

OMS 2016 / Reportajes > Pregunte al experto

http://www.who.int/features/qa/10/es/

¿Transmiten todos los mosquitos el paludismo?

Preguntas y respuestas en línea
Abril de 2016

P: ¿Transmiten todos los mosquitos el paludismo o malaria?

R: Solo lo transmiten determinadas especies del género Anopheles, y únicamente las hembras de esas especies.

El paludismo lo causa un parásito unicelular denominado Plasmodium. El parásito pasa a la hembra de Anopheles cuando, para obtener la sangre que necesita para alimentar a sus huevos, el mosquito pica a una persona infectada. El parásito se reproduce y desarrolla en el interior del mosquito, y cuando éste pica a otra persona, los parásitos mezclados en la glándula salival son inyectados y pasan a la sangre de la persona que ha sufrido la picadura.

El parásito del paludismo se multiplica rápidamente, primero en el hígado y luego en los glóbulos rojos de la persona afectada. Una o dos semanas después de sufrir la infección, aparecen los primeros síntomas del paludismo: en general fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y vómitos. Si no se trata de inmediato con medicamentos eficaces, el paludismo puede causar la muerte por destrucción de los glóbulos rojos y obstrucción de los capilares que llevan sangre al cerebro y otros órganos vitales.

Existen cuatro tipos de parásitos del paludismo humano: Plasmodium vivax, P. malariae, P. ovale y P. faciparum. Las formas de paludismo más comunes son las causadas por P. vivax y P. falciparum. El paludismo por falciparum, la forma más mortífera, abunda sobre todo en el África subsahariana, donde mata a más de 400.000 personas cada año.

En los últimos años también se han producido algunos casos de paludismo transmitido por Plasmodium knowlesi, una especia que causa paludismo entre los monos y que está presente en ciertas áreas de bosques de Asia Sudoriental.

 


 

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