FIEBRE AMARILLA: [6] «Millones de personas quedan protegidas gracias a la mayor campaña de vacunación de urgencia contra la fiebre amarilla organizada en África»
FUENTE: OMS 2016 / Centro de prensa > Comunicados de prensa
http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2016/africa-yellowfever-vaccination/es/
Millones de personas quedan protegidas gracias a la mayor campaña de vacunación de urgencia contra la fiebre amarilla organizada en África
2 DE SEPTIEMBRE DE 2016 | GINEBRA – Una parte importante de la mayor campaña de vacunación de urgencia contra la fiebre amarilla organizada en África ha concluido, con más de 7,7 millones de personas vacunadas en un tiempo récord en Kinshasa (República Democrática del Congo – RDC). Ello ha sido posible a través de una extraordinaria red de alianzas y colaboraciones.
Gracias a la campaña, en menos de dos semanas se consiguió vacunar a la población destinataria de Kinshasa, a los que en su mayoría (7,3 millones de personas) se administró una dosis de urgencia, es decir la quinta parte de la dosis completa de la vacuna antiamarílica. Esta estrategia de ahorro de dosis fue recomendada por el Grupo de Expertos de la OMS de Asesoramiento Estratégico en materia de inmunización como medida de urgencia a corto plazo para poder vacunar al mayor número de personas posible, pues los suministros de la vacuna eran insuficientes.
«La OMS encomia al Gobierno de la República Democrática del Congo por haber logrado desplegar una campaña tan compleja en tan poco tiempo», declaró el Dr. Yokouide Allarangar, representante de la OMS en la RDC.
Por lo general, suelen hacer falta seis meses para planificar una campaña de vacunación en masa de tal envergadura. Esta campaña de urgencia, compleja y ambiciosa, se puso en marcha en cuestión de semanas para poner fin a la transmisión de la fiebre amarilla antes de que empezara la estación de las lluvias en septiembre.
La estrategia para ahorrar dosis requirió adquirir y enviar 10 millones de jeringas especiales, e impartir capacitación específica a más de 40 000 vacunadores para que supieran aplicar ese nuevo método.
El Ministerio de Salud Pública, la OMS y más de 50 asociados de todo el mundo trabajaron en estrecha colaboración, a fin de establecer la compleja planificación y la logística necesarias para desplegar la campaña en más de 8000 emplazamientos de todo el país, ubicados en zonas urbanas densamente pobladas y en regiones fronterizas alejadas y de difícil acceso.
El trabajo conjunto de los asociados
La OMS desempeñó un papel fundamental a la hora de asegurar la validez técnica y la viabilidad de la estrategia, la disponibilidad de millones de dosis de vacunas, jeringas y otros materiales, y el mantenimiento de la cadena de frío para garantizar el almacenamiento y el transporte de las vacunas en buenas condiciones. Junto con las autoridades sanitarias nacionales, la OMS dirigió la labor de coordinación durante las fases de planificación y ejecución de la campaña, impartió formación a los profesionales sanitarios e involucró a las comunidades y los dirigentes comunitarios en la difusión de información sobre la campaña.
El UNICEF ayudó a que las vacunas y el material de inyección estuvieran disponibles y dirigió la acción de los agentes de movilización social sobre el terreno encaminada a que entablaran un diálogo con las comunidades y alentaran a la población a vacunarse. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha sido un asociado fundamental en lo que respecta a la logística, y ha proporcionado la posibilidad de un almacenamiento temporal seguro del enorme volumen de desechos generado por esta campaña, que serán enviados para su incineración a mediados de septiembre.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha sido un asociado fundamental en lo que respecta a la logística, y ha proporcionado la posibilidad de un almacenamiento temporal seguro del enorme volumen de desechos generado por esta campaña, que serán enviados para su incineración a mediados de septiembre.
En colaboración con el personal del Ministerio de Salud, Médecins sans Frontières movilizó a 200 miembros de su personal procedentes de 20 países para gestionar la vacunación de más de 710 000 personas en tres distritos sanitarios de Kinshasa; además, se ocupó de la formación de los equipos de vacunación, la supervisión, el apoyo logístico, y la gestión de desechos y de la cadena de frío.
Con el apoyo de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la Cruz Roja de la República Democrática del Congo movilizó a miles de voluntarios de las zonas afectadas para promover y apoyar la campaña y difundir información sobre la prevención de la fiebre amarilla y la protección contra esta enfermedad.
Save the Children desplegó un equipo de especialistas de su unidad de servicios de urgencias (Emergency Health Unit), a fin de prestar apoyo técnico y operativo al Ministerio de Salud Pública en el distrito sanitario de Binza Ozone. Con la ayuda del personal nacional, el equipo ayudó al Ministerio a vacunar a más de 360 000 personas, de las que más de la mitad eran niños.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos han apoyado la acción internacional y las campañas de respuesta, con el despliegue de más de 45 expertos para respaldar esa labor a partir de febrero de 2016, en las funciones siguientes: gestión de incidentes en Angola, jefe de equipos de respuesta rápida, especialistas en gestión de situaciones de emergencia, expertos de laboratorio, asesores en materia de salud pública, especialistas en vacunas, especialistas en comunicaciones y epidemiólogos. Los CDC también están colaborando con el Instituto Nacional de Investigaciones Biomédicas (INRB) en la RDC para apoyar el sistema de ahorro de dosis utilizado en la campaña de Kinshasa, en particular, facilitando, por ejemplo, una evaluación de la respuesta inmunitaria obtenida. Ese estudio, financiado por USAID, contribuirá a obtener más información y a orientar las decisiones relativas al uso de ese método en futuras campañas de vacunación contra la fiebre amarilla.
Mediante una contribución de US$ 20,3 millones a la reserva mundial de vacunas antiamarílicas, la Alianza Gavi para las Vacunas, ha financiado el suministro de la mayoría de las dosis vacunales utilizadas en la RDC y Angola para combatir el brote. En total, este año, GAVI ha contribuido con 16,5 millones de dosis vacunales a la reserva de vacunas. Además, la Alianza para las Vacunas aportado US $ 8,7 millones para sufragar los gastos de ejecución de la campaña en la RDC.
El Banco Mundial aportó US$ 3 millones para cofinanciar las vacunas antiamarílicas, así como otros servicios necesarios en el marco del plan general elaborado por el Gobierno. El Banco Mundial también ha donado US $ 5 millones al Gobierno de Angola para financiar el programa de vacunación contra la fiebre amarilla en el país.
Campañas de vacunación en la RDC y Angola
El 16 de agosto, el Gobierno de la RDC puso en marcha la campaña de vacunación en Kinshasa con el objetivo de vacunar a 7,5 millones de personas en un plazo de 2 semanas a fin de interrumpir la circulación del virus y evitar el avance del brote. Desde el primer día y durante toda la campaña, miles de personas acudieron a vacunarse a los puestos de vacunación distribuidos por esa inmensa ciudad. El 28 de agosto, el Gobierno informó de que se había vacunado a 7,7 millones de personas en la capital y a 1,5 millones más en las regiones fronterizas de la RDC con Angola. De los 7,7 millones de personas vacunadas en Kinshasa, alrededor de 400 000 mujeres embarazadas y lactantes recibieron la dosis completa conforme a las recomendaciones del Grupo de Expertos de la OMS en Asesoramiento Estratégico en materia de inmunización.
En las próximas semanas, los equipos de vacunación se centrarán en llevar a cabo la campaña en las regiones fronterizas más alejadas y en proporcionar cobertura vacunal a las personas en situación de riesgo que puedan haber quedado fuera de la campaña la primera vez. En Angola, prosiguen las campañas de vacunación y se estima que desde mediados de agosto se ha vacunado a tres millones de personas.
Esta última campaña que tiene como objetivo la prevención, parte de campañas reactivas previas de vacunación de urgencia, dirigidas por los gobiernos nacionales gracias a las que se ha vacunado a más de 13 millones de personas en Angola y más de 3 millones en la RDC desde que se declaró el brote en diciembre de 2015.
Desde principios de este año, se han confirmado casi 1000 casos de fiebre amarilla en los dos países; además, ha habido muchos más casos sospechosos y más de 400 muertes.
Parece que el brote de fiebre amarilla que afecta a ambos países ha empezado a retroceder, dado que no se han confirmado nuevos casos ni en Angola ni en la RDC durante más de un mes. Ahora bien, teniendo en cuenta que el virus todavía puede estar en circulación en las poblaciones de vectores y otros reservorios animales, y habida cuenta de que la próxima estación de las lluvias conllevará un aumento del riesgo de transmisión, es esencial seguir prestando ayuda a fin de cerciorarse de que los países tienen capacidad para detectar y responder a los nuevos casos de fiebre amarilla.
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Tarik Jasarevic
Responsable de Comunicación
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Contactos de otras organizaciones
- UNICEF
- Programa Mundial de Alimentos
- Médicos Sin Fronteras
- Cruz Roja
- Save the Children
- US Centers for Disease Control (CDC)
- Gavi Alliance
- Banco Mundial
FIEBRE AMARILLA: [5]«Laboratorios móviles para obtener más rápidamente los resultados de los análisis de fiebre amarilla»
FUENTE: OMS 2016 / Reportajes > Reportajes 2016
http://www.who.int/features/2016/yellow-fever-labs/es/
Laboratorios móviles para obtener más rápidamente los resultados de los análisis de fiebre amarilla
«Solamente con un diagnóstico correcto es posible tratar a un paciente de fiebre amarilla. Para ello es esencial disponer de laboratorios con la capacidad necesaria para detectar rápidamente la enfermedad», comenta el Dr. Pierre Formenty, experto de la OMS en fiebres hemorrágicas y responsable de la Red de Laboratorios para la Detección de Nuevos Patógenos Peligrosos.
La fiebre amarilla es una enfermedad hemorrágica vírica aguda transmitida por mosquitos infectados. Es difícil de diagnosticar porque provoca síntomas similares a los de varias otras enfermedades, como el paludismo y el dengue. Con más de 5000 casos que se sospecha que son de fiebre amarilla y más de 400 muertes notificadas en Angola y la República Democrática del Congo, conseguir un diagnóstico exacto es fundamental para salvar vidas y poner fin al brote.
Es esencial que los resultados de laboratorio sean fiables y rápidos para poder adoptar decisiones en casi todos los aspectos de los servicios de salud, especialmente durante un brote epidémico. Diagnosticar la fiebre amarilla es complicado. Con frecuencia hay retrasos entre la recogida y el transporte de la muestra y su análisis.
Para diagnosticar la fiebre amarilla se toma una muestra de sangre con objeto de detectar el virus. En etapas posteriores de la enfermedad, esto es más difícil. En esos casos, se necesitan análisis de sangre más sofisticados (denominados ELISA y PRNT o prueba de neutralización por reducción de placa), que solo pueden efectuarse en laboratorios especializados.
Diagnóstico rápido
A fin de mejorar y acelerar el diagnóstico, la OMS ha apoyado el despliegue de un laboratorio móvil desde la Unión Europea hasta la República Democrática del Congo.
Este laboratorio móvil proporciona equipamiento y suministros muy necesarios en el análisis de muestras de sangre para detectar la fiebre amarilla. Embalado en varias cajas, el laboratorio es portátil y fácil de montar en un establecimiento de salud o en cualquier otro edificio.
El laboratorio móvil permitirá al Instituto Nacional de Investigaciones Biomédicas realizar análisis en Kahembe, en la provincia de Kwango, durante un periodo de tres meses. El equipo, formado por cinco científicos de laboratorio internacionales y dos nacionales, permitirá ahorrar un tiempo precioso con el análisis de las muestras in situ, lo que reducirá la necesidad de transportarlas a grandes distancias. Entre 50 y 100 pacientes pueden recibir los resultados de sus análisis en menos de un día.
El laboratorio móvil de la Unión Europea cuenta con el apoyo del Centro de Coordinación de la Respuesta a Emergencias de la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO), en colaboración con la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos y la Red de Laboratorios para la Detección de Nuevos Patógenos Peligrosos.
Crear capacidad local para obtener resultados duraderos
Además del laboratorio móvil, el 17 de julio llegaron a la República Democrática del Congo dos expertos de laboratorio del Instituto Pasteur (París) para ofrecer capacidad técnica adicional.
En Angola, la OMS ha venido colaborando con el Instituto Pasteur y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos para formar a técnicos de laboratorio en el Instituto Nacional de Salud Pública con objeto de fortalecer la capacidad de diagnóstico de la fiebre amarilla. Este apoyo incluye el establecimiento del análisis de sangre más complejo (ELISA), uno de los principales medios de diagnóstico utilizados para confirmar la infección por el virus de la fiebre amarilla, y la capacitación de diez personas del país para que realicen los análisis.
Del diagnóstico a la acción
«Además de ofrecer a los pacientes el tratamiento adecuado, poder efectuar un diagnóstico más rápido ayuda a planificar mejor la respuesta; por ejemplo, permite determinar en qué zona de los países afectados conviene realizar las campañas de vacunación colectiva», comenta el Dr. Formenty.
Las campañas de vacunación colectiva reactiva de Angola y la República Democrática del Congo han llegado a casi 14,5 millones de personas, y han sido cruciales para ralentizar la propagación del brote.
[4] «Fiebre amarilla» (Actualización)
FUENTE: OMS 2016 / Centro de prensa > Notas descriptivas
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs100/es/
Fiebre amarilla
Datos y cifras
- La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El término «amarilla» alude a la ictericia que presentan algunos pacientes.
- Los síntomas de la fiebre amarilla son: fiebre, cefaleas, ictericia, dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio.
- Una pequeña proporción de pacientes infectados presentan síntomas graves, y aproximadamente la mitad de estos casos fallecen en un plazo de 7 a 10 días.
- El virus es endémico en las zonas tropicales de África y de América Central y Sudamérica.
- Desde el lanzamiento de la Iniciativa contra la Fiebre Amarilla, en 2006, se han hecho importantes avances en la lucha contra la enfermedad en África Occidental, y se han vacunado más de 105 millones de personas en campañas de vacunación en masa. En África Occidental no se han notificado brotes de fiebre amarilla en 2015.
- Las grandes epidemias de fiebre amarilla se producen cuando el virus es introducido por personas infectadas en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra.
- La fiebre amarilla puede prevenirse con una vacuna muy eficaz, segura y asequible. Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo. La vacuna ofrece una inmunidad efectiva al 99% de las personas vacunadas en un plazo de 30 días.
- Un buen tratamiento de apoyo en el hospital aumenta la tasa de supervivencia. No hay tratamiento antivírico específico para la fiebre amarilla.
Signos y síntomas
El periodo de incubación es de 3 a 6 días. Muchos casos son asintomáticos, pero cuando hay síntomas, los más frecuentes son fiebre, dolores musculares, sobre todo de espalda, cefaleas, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. En la mayoría de los casos los síntomas desaparecen en 3 o 4 días.
Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados varios órganos, generalmente el hígado y los riñones. En esta fase son frecuentes la ictericia (color amarillento de la piel y los ojos, hecho que ha dado nombre a la enfermedad), el color oscuro de la orina y el dolor abdominal con vómitos. Puede haber hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 7 a 10.
El diagnóstico de la fiebre amarilla es difícil, sobre todo en las fases tempranas. En los casos más graves puede confundirse con el paludismo grave, la leptospirosis, las hepatitis víricas (especialmente las formas fulminantes), otras fiebres hemorrágicas, otras infecciones por flavivirus (por ejemplo, el dengue hemorrágico) y las intoxicaciones.
En las fases iniciales de la enfermedad a veces se puede detectar el virus en la sangre mediante la reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa. En fases más avanzadas hay que recurrir a la detección de anticuerpos mediante pruebas de ELISA o de neutralización por reducción de placa.
Poblaciones en riesgo
Hay 47 países de África (34) y América Central y Sudamérica (13) en los que la enfermedad es endémica en todo el país o en algunas regiones. Con un modelo basado en fuentes africanas de datos, se ha estimado que en 2013 hubo entre 84 000 y 170 000 casos graves y entre 29 000 y 60 000 muertes.
Ocasionalmente, quienes viajan a países donde la enfermedad es endémica pueden importarla a países donde no hay fiebre amarilla. Para evitar estos casos importados, muchos países exigen un certificado de vacunación antes de expedir visados, sobre todo cuando los viajeros proceden de zonas endémicas.
En los siglos XVII a XIX, la exportación de la fiebre amarilla a Norteamérica y Europa causó grandes brotes que trastornaron la economía y el desarrollo, y en algunos casos diezmaron la población.
Transmisión
El virus de la fiebre amarilla es un arbovirus del género Flavivirus transmitido por mosquitos de los géneros Aedes y Haemogogus . Las diferentes especies de mosquitos viven en distintos hábitats. Algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos), otros en el bosque (salvajes), y algunos en ambos hábitats (semidomésticos).
Hay tres tipos de ciclos de transmisión:
- Fiebre amarilla selvática: En las selvas tropicales lluviosas, los monos, que son el principal reservorio del virus, son picados por mosquitos salvajes que transmiten el virus a otros monos. Las personas que se encuentren en la selva pueden recibir picaduras de mosquitos infectados y contraer la enfermedad.
- Fiebre amarilla intermedia: En este tipo de transmisión, los mosquitos semidomésticos (que se crían en la selva y cerca de las casas) infectan tanto a los monos como al hombre. El aumento de los contactos entre las personas y los mosquitos infectados aumenta la transmisión, y puede haber brotes simultáneamente en muchos pueblos distintos de una zona. Este es el tipo de brote más frecuente en África.
- Fiebre amarilla urbana: Las grandes epidemias se producen cuando las personas infectadas introducen el virus en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra.
Tratamiento
La instauración temprana de un buen tratamiento de apoyo en el hospital aumenta la tasa de supervivencia. No hay tratamiento antivírico específico para la fiebre amarilla, pero el desenlace mejora con el tratamiento de la deshidratación, la insuficiencia hepática y renal y la fiebre. Las infecciones bacterianas asociadas pueden tratarse con antibióticos.
Prevención
1. Vacunación
La vacunación es la medida más importante para prevenir la fiebre amarilla. Para prevenir las epidemias en zonas de alto riesgo con baja cobertura vacunal es fundamental que los brotes se identifiquen y controlen rápidamente mediante la inmunización. Para prevenir la transmisión en regiones afectadas por brotes de fiebre amarilla es importante que se vacune a la mayoría de la población en riesgo (80% o más).
Para evitar brotes se utilizan varias estrategias de vacunación: inmunización sistemática de los lactantes; campañas de vacunación en masa para aumentar la cobertura en países en riesgo, y vacunación de quienes viajen a zonas donde la enfermedad es endémica.
La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y asequible, y una sola dosis es suficiente para conferir protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo.
Se han descrito casos raros de efectos colaterales graves de la vacuna. Las tasas de eventos adversos graves tras la vacunación, cuando la vacuna produce alteraciones hepáticas, renales o del sistema nervioso, oscilan entre 0,4 y 0,8 por 100 000 personas vacunadas. El riesgo aumenta en los mayores de 60 años y en los pacientes con trastornos del timo o inmunodeprimidos por VIH/sida sintomático u otras causas. Antes de administrar la vacuna a mayores de 60 años hay que evaluar bien los beneficios y los riesgos.
Las personas habitualmente excluidas de la vacunación son:
- los menores de 9 meses, excepto durante las epidemias, situación en la que también se deben vacunar los niños de 6-9 meses en zonas con alto riesgo de infección;
- las embarazadas, excepto durante los brotes de fiebre amarilla, cuando el riesgo de infección es alto;
- las personas con alergia grave a las proteínas del huevo, y
- las personas con trastornos del timo o inmunodeficiencias graves debidas a infección sintomática por VIH/SIDA u otras causas.
De conformidad con el Reglamento Sanitario Internacional (RSI), los países tienen derecho a exigir a los viajeros que presenten un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla. En caso de que haya motivos médicos para no administrar la vacuna, dichos motivos deben ser certificados por la autoridad competente.
El RSI es un instrumento jurídicamente vinculante para detener la propagación de enfermedades infecciosas y otras amenazas para la salud. La exigencia del certificado de vacunación a los viajeros queda a discreción de los Estados Partes, y no todos los países lo exigen.
2. Control de los mosquitos
El riesgo de transmisión de la fiebre amarilla en zonas urbanas puede reducirse eliminando los posibles lugares de cría de mosquitos y aplicando larvicidas a los contenedores de agua y a otros lugares donde haya aguas estancadas. La fumigación de insecticidas para matar los mosquitos adultos durante las epidemias urbanas puede contribuir a reducir el número de mosquitos y, por consiguiente, las potenciales fuentes de transmisión de la fiebre amarilla.
Las campañas de control de los mosquitos han tenido éxito para eliminar Aedis aegypti, el vector de la fiebre amarilla urbana, en la mayor parte de América Central y Sudamérica. Sin embargo, el mosquito ha vuelto a colonizar zonas urbanas de la región, con la consiguiente reaparición del riesgo de fiebre amarilla urbana. Los programas de control de los mosquitos salvajes en las zonas boscosas no son prácticos para prevenir la trasmisión selvática de la enfermedad.
Alerta y respuesta ante epidemias
La detección rápida de la fiebre amarilla y la respuesta inmediata con campañas de vacunación de emergencia son esenciales para controlar los brotes. Sin embargo, la subnotificación es preocupante; se calcula que el verdadero número de casos es 10 a 250 veces mayor que el número de casos notificados en la actualidad.
La OMS recomienda que todos los países en riesgo dispongan al menos de un laboratorio nacional en el que se puedan realizar análisis de sangre básicos para detectar la fiebre amarilla. Un caso confirmado debe considerarse como brote en una población no vacunada, y debe ser investigado exhaustivamente en cualquier contexto, y en particular en zonas donde la mayoría de la población haya sido vacunada. Los equipos de investigación deben evaluar los brotes y responder a ellos con medidas de emergencia y con planes de inmunización a más largo plazo.
Respuesta de la OMS
La OMS desempeña las funciones de Secretaría del Grupo internacional de coordinación del suministro de vacunas para el control de la fiebre amarilla, que mantiene una reserva de emergencia de dichas vacunas para garantizar una respuesta rápida a los brotes en los países de alto riesgo.
La Iniciativa contra la Fiebre Amarilla se lanzó en 2006 para garantizar el suministro mundial de vacunas y aumentar la inmunidad de la población mediante la vacunación. La Iniciativa, dirigida por la OMS y apoyada por el UNICEF y los gobiernos nacionales, se centra especialmente en los países africanos más endémicos, donde la enfermedad es especialmente importante. Desde su lanzamiento se han hecho grandes avances en el control de la enfermedad en África Occidental, donde se han vacunado más de 150 millones de personas y no se han notificado brotes en 2015.
La Iniciativa recomienda que se incluya la fiebre amarilla en los programas de vacunación infantil sistemática (a partir de los 9 meses), que en las zonas de alto riesgo se lleven a cabo campañas de vacunación en masa de todos los grupos de edad superior a 9 meses, y que se mantenga la capacidad de vigilancia y de respuesta a los brotes.
Catorce países han completado campañas de vacunación preventiva entre 2007 y 2016. La Iniciativa contra la Fiebre Amarilla cuenta con el apoyo económico de la Alianza GAVI, la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea, el Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia, los ministerios de salud y los asociados en los países.
Para obtener más información puede ponerse en contacto con:
Centro de Prensa de la OMS
Teléfono: +41 22 791 2222
E-mail: mediainquiries@who.int
Brotes epidémicos recientes
- Fiebre amarilla – Guayana Francesa (Francia)
30 de agosto de 2017 - Fiebre amarilla – Brasil
4 de abril de 2017 - Fiebre amarilla – Surinam
28 de marzo de 2017 - Fiebre amarilla – Brasil
20 de marzo de 2017
FIEBRE AMARILLA: [3] «Preguntas y respuestas sobre la fiebre amarilla»
FUENTE: OMS 2016 / Reportajes > Archivo de preguntas y respuestas
http://www.who.int/features/qa/yellow-fever/es/
Preguntas y respuestas sobre la fiebre amarilla
¿Dónde hay fiebre amarilla?
Hay fiebre amarilla en 47 países endémicos de África, América Central y Sudamérica. Cerca del 90% de los casos notificados cada año corresponden al África subsahariana.
Los viajeros infectados procedentes de esas zonas pueden exportar la enfermedad a países en los que no hay fiebre amarilla, pero la enfermedad también se puede propagar fácilmente si en el país hay especies de mosquitos capaces de transmitirla, condiciones climáticas específicas y el reservorio animal necesario para mantenerla.
¿Cómo se transmite?
El virus de la fiebre amarilla se transmite por mosquitos infectados, generalmente del género Aedes (los mismos que transmiten los virus de Zika, de la fiebre chikungunya y del dengue). También la transmiten los mosquitos Haemogogus, que se encuentran sobre todo en la selva. Los mosquitos se infectan cuando pican a personas o monos infectados. La enfermedad no se transmite por contacto entre personas.
Los mosquitos se crían en la pluvisilva tropical, los entornos húmedos y semihúmedos, las masas de agua estancada y cerca de las habitaciones humanas en los entornos urbanos. El aumento del contacto entre las personas y los mosquitos infectados puede generar epidemias, sobre todo en zonas urbanas en las que la población no está vacunada contra la fiebre amarilla.
Los brotes de la enfermedad son especialmente preocupantes cuando tienen lugar en zonas de hacinamiento con servicios deficientes de suministro de agua y gestión de desechos que facilitan la cría de los mosquitos.
¿Cuáles son los síntomas?
El periodo de incubación es de 3 a 6 días. Los síntomas suelen presentarse en 2 fases.
La primera, aguda, se caracteriza por fiebre, dolores musculares, sobre todo de espalda, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. La mayoría de los casos mejoran y los síntomas desaparecen al cabo de 3 o 4 días.
Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes entran en una segunda fase, más tóxica, en las 24 horas siguientes a la remisión inicial. Entonces presentan fiebre elevada, ictericia y dolor abdominal con vómitos y deterioro de la función renal. Puede haber hemorragias bucales, nasales, oculares o gástricas, con aparición de sangre en los vómitos o las heces. La mitad de los pacientes que entran en esta fase tóxica fallecen en un plazo de 10 a 14 días, mientras que la otra mitad se recupera sin daños orgánicos importantes.
¿Cómo se trata?
No hay tratamiento específico para la fiebre amarilla, pero un buen tratamiento de los síntomas, como la deshidratación, la fiebre y las infecciones sobreañadidas, mejora la tasa de supervivencia. Las infecciones bacterianas asociadas pueden tratarse con antibióticos. La fiebre amarilla es prevenible mediante la administración de una vacuna extremadamente eficaz que confiere protección de por vida.
¿Cómo se diagnostica?
Es difícil diagnosticar la fiebre amarilla, sobre todo las en fases iniciales, porque sus síntomas pueden confundirse con los de otras enfermedades comunes, como el paludismo, el dengue, la leptospirosis o la enfermedad por el virus de Zika, y también con los de algunas intoxicaciones. Los médicos u otros clínicos que atiendan a un paciente pueden no saber si tiene fiebre amarilla basándose únicamente en los síntomas, sobre todo cuando en la zona también son frecuentes muchas de las enfermedades antes mencionadas.
Para confirmar la sospecha de fiebre amarilla son necesarias pruebas de laboratorio. Los análisis de sangre pueden detectar anticuerpos contra el virus, que demuestran que la persona se ha infectado o ha sido vacunada. También se utilizan otras técnicas para identificar el virus en muestras de sangre o en el tejido hepático obtenido después de la muerte. Estas pruebas requieren personal de laboratorio muy capacitado y equipos y materiales especializados.
¿Cómo se previene?
La vacuna es el medio más importante para luchar contra la fiebre amarilla. La vacuna es segura y asequible, y la administración de una sola dosis confiere protección de por vida contra la enfermedad. Para prevenir los brotes en las zonas afectadas, la cobertura vacunal debe ser de al menos un 80% de la población en riesgo.
El control de los mosquitos también puede contribuir a la prevención de la fiebre amarilla, y es vital en zonas donde la cobertura vacunal es baja o la vacuna no está disponible inmediatamente. El control de los mosquitos incluye la eliminación de los lugares de cría y de los mosquitos adultos y las larvas mediante la aplicación de insecticidas en las zonas con gran densidad de mosquitos. La participación de la comunidad en actividades como la limpieza de los desagües de las casas y el recubrimiento de los recipientes de agua donde los mosquitos pueden crecer es muy importante y eficaz para controlar estos insectos.
¿Es la vacuna segura y eficaz?
La vacunación es la medida más importante para prevenir la fiebre amarilla. La vacuna se viene utilizando desde hace varios decenios, es segura y asequible, y confiere protección a más del 90% de los vacunados en los 10 días siguientes a su administración, y al 99% de ellos en los 30 días siguientes. Una sola dosis confiere protección de por vida con un costo inferior a US$ 2.
Los efectos colaterales de la vacuna son generalmente leves y pueden consistir en cefaleas, dolores musculares y fiebre baja. No obstante, se han descrito casos raros con efectos colaterales graves.
¿Quién debería vacunarse?
La OMS recomienda vivamente la vacunación sistemática de todas las personas mayores de 9 meses en los países donde hay fiebre amarilla. Durante las epidemias, cuando se están realizando campañas de vacunación en masa, la vacuna se administra a todas las personas de más de 6 meses de edad (cuando los riesgos derivados de la enfermedad son superiores a los de efectos adversos de la vacuna).
La OMS recomienda la vacunación de todos los viajeros (con escasas excepciones) que se desplacen a zonas donde hay riesgo de fiebre amarilla. En caso de que un viajero tenga motivos médicos para no vacunarse, debe aportar un certificado de las autoridades competentes que lo justifique.
Para conceder visados, muchos países exigen que se demuestre que el viajero está vacunado contra la fiebre amarilla, sobre todo si ha visitado o procede de un país en el que hay fiebre amarilla. Guarde bien su certificado de vacunación contra esta enfermedad y llévelo consigo cuando viaje al extranjero.
¿Quién no debería vacunarse?
Algunas personas no debería vacunarse de forma sistemática:
- los lactantes de menos de 9 meses (o de menos de 6 meses durante los brotes, cuando los riesgos derivados de la enfermedad son superiores a los de efectos adversos de la vacuna);
- las embarazadas (excepto durante los brotes);
- las personas con alergia grave a las proteínas del huevo;
- las personas con inmunodeficiencias graves.
¿Estoy protegido contra la fiebre amarilla inmediatamente después de la vacunación?
En general, la inmunidad contra el virus de la fiebre amarilla se adquiere unos 10 a 14 días después de la fecha de vacunación. En las zonas endémicas es fundamental que se adopten otras medidas de protección personal durante estos 10 a 14 días: uso de ropa protectora, de mosquiteros de cama tratados con insecticidas, incluso durante el día, y de los repelentes recomendados.
El certificado de vacunación contra la fiebre amarilla es válido a partir de los 10 días siguientes a la administración de la vacuna.
¿Es posible la erradicación?
La erradicación de la fiebre amarilla no es posible, dado que no disponemos de medios para controlar el virus en sus huéspedes animales naturales.
¿Quién gestiona el suministro de vacunas para los brotes de fiebre amarilla?
Dado que el suministro mundial de vacunas es limitado, en situaciones de emergencia suele ser difícil obtener dosis suficientes para proteger a la totalidad de la población en riesgo. La reserva de emergencia es gestionada por el Grupo internacional de coordinación (GIC) del suministro de vacunas para el control de la fiebre amarilla, que se creó en 2001. La función del GIC consiste en comprobar que los países cumplen los criterios para solicitar el apoyo de la reserva de vacunas durante un brote y decidir qué cantidad de vacuna se le enviará.
¿Quién gestiona el suministro de vacunas contra la fiebre amarilla para la inmunización sistemática y las campañas preventivas en masa?
La función de supervisión del seguimiento y el suministro de vacunas para la inmunización sistemática contra la fiebre amarilla recae sobre la OMS y el UNICEF. La Iniciativa contra la Fiebre Amarilla, dirigida por la OMS y el UNICEF, coordina el control de la enfermedad a nivel mundial.
Los objetivos de la Iniciativa consisten en prevenir los brotes y garantizar el suministro de vacunas. La Iniciativa supervisa las actividades de lucha contra la enfermedad a nivel mundial e identifica las prioridades para la inmunización sistemática, las campañas preventivas y los brotes, y en particular las cuestiones relacionadas con el suministro de vacunas.
FIEBRE AMARILLA: [2]«Preguntas y respuestas sobre el brote de fiebre amarilla en Angola y la República Democrática del Congo»
FUENTE: OMS 2016 / Reportajes > Archivo de preguntas y respuestas
http://www.who.int/features/qa/yellow-fever-angola/es/
Preguntas y respuestas sobre el brote de fiebre amarilla en Angola y la República Democrática del Congo
¿Qué es la fiebre amarilla?
El virus causante de la fiebre amarilla es transmitido por mosquitos infectados. La mayoría de los pacientes son asintomáticos. Los síntomas pueden consistir en fiebre, dolores de cabeza, musculares y de espalda, náuseas y vómitos, ictericia y hemorragias bucales, nasales, oculares o gástricas. La forma más eficaz de protegerse de la fiebre amarilla es la vacunación.
¿Por qué se está prestando atención al brote actual en Angola?
El brote de fiebre amarilla que está sufriendo Angola (notificado inicialmente en diciembre de 2015) es notable por su carácter urbano. Ha habido una amplia transmisión local en Luanda, lo cual he llevado a vacunar a más de 6 millones de personas de la provincia desde febrero de este año. La epidemia se ha extendido a otros importantes centros urbanos del país.
Otra cuestión fundamental es el seguimiento y la prevención de la propagación internacional del virus a otros países, vecinos o no. Se he confirmado transmisión local ligada a la epidemia de Angola en la República Democrática del Congo, y China y Kenya han tenido casos importados.
La fiebre amarilla es endémica en Angola, pero este es el primer brote en 28 años. El último, con 37 casos, 14 de ellos mortales, tuvo lugar en 1988.
¿Qué está haciendo la OMS para responder al brote?
La OMS y los asociados están llevando a cabo una intensa labor para controlar el brote mediante la prestación de apoyo a las campañas de vacunación a gran escala que se están realizando en Angola y la República Democrática del Congo. Desde febrero de este año se han enviado más de 11 millones de dosis de vacuna a Angola, y más de 2 millones a la República Democrática del Congo. Las campañas están dirigidas a las provincias en las que se ha confirmado la transmisión local, y su objetivo es inmunizar a más del 80% de la población de los distritos afectados. La vacunación focalizada asegura un uso óptimo de los suministros mundiales de la vacuna.
Además de estas campañas de vacunación en masa, la OMS está prestando apoyo a los gobiernos de Angola y la República Democrática del Congo en los aspectos siguientes:
- Fortalecimiento de la vigilancia de la enfermedad para lograr rapidez en la detección y la confirmación de laboratorio de los casos sospechosos en todo el país.
- Aplicación de actividades de control de los vectores.
- Establecimiento y refuerzo de actividades de movilización social dirigidas por la comunidad.
¿Qué está haciendo la OMS para prevenir la propagación a otros países?
La OMS está colaborando con los países vecinos, como Namibia, la República Democrática del Congo y Zambia para reforzar la vigilancia en las zonas fronterizas y reducir la propagación transfronteriza de la infección. La Organización está prestando apoyo al fortalecimiento de las actividades de control de los vectores, en particular mediante campañas de educación sanitaria de la población y del control de las larvas.
La OMS ha recordado a todos los países la necesidad de velar por que todos los viajeros con destino u origen en Angola cumplan los requisitos de vacunación contra la fiebre amarilla, a fin de evitar una ulterior propagación de la enfermedad. Asimismo, insta a todos los viajeros a zonas donde hay fiebre amarilla que se vacunen y lleven consigo el certificado de vacunación.
¿Hay escasez de vacunas contra la fiebre amarilla?
El suministro mundial de estas vacunas es reducido, y al utilizarlas hay que establecer prioridades y dirigirlas a las poblaciones de más alto riesgo. En el brote actual se han distribuido casi 18 millones de dosis para campañas de vacunación de emergencia en Angola, la República Democrática del Congo y Uganda. La reserva mundial de emergencia de esta vacuna contiene 6 millones de dosis, que generalmente son suficientes para responder a los brotes durante un año. Teniendo en cuenta el brote actual, los envíos habituales de vacunas destinados a los programas de inmunización sistemática en otros países endémicos se están desviando temporalmente hacia Angola y otros países afectados. La OMS y los asociados también están colaborando con los fabricantes precualificados para que aumenten la producción mundial de vacunas.
El Grupo de Expertos de la OMS en Asesoramiento Estratégico (SAGE) en materia de inmunización ha examinado las pruebas que demuestran que utilizando una quinta parte de la dosis habitual de la vacuna todavía se lograría una protección contra la enfermedad durante un mínimo de 12 meses, y posiblemente durante mucho más tiempo. La administración de esta fracción de la dosis podría ser una opción segura y eficaz para las campañas de vacunación en masa destinadas a controlar los brotes urbanos en situaciones de escasez aguda de vacunas.
¿Hay relación entre el actual brote de Uganda y el de Angola?
En marzo de este año, Uganda notificó oficialmente un brote de fiebre amarilla que no está relacionado con el de Angola. Los resultados de la secuenciación génica indican grandes semejanzas con el virus causante del brote de 2010 en Uganda.
¿Está cambiando la distribución de la fiebre amarilla en África?
La Iniciativa contra la Fiebre Amarilla, lanzada en 2006, dirigida por la OMS y apoyada por el UNICEF y los gobiernos nacionales, ha hecho importantes progresos en el control de la enfermedad en África Occidental. Desde su lanzamiento se han vacunado más de 105 millones de personas y no se han notificado brotes en la zona en 2015 ni 2016.
Sin embargo, desde 2010, la localización de la fiebre amarilla ha cambiado de África Occidental a África Central y Oriental, donde no se han realizado campañas preventivas de vacunación en masa. El brote de Angola destaca la necesidad de reforzar la evaluación del riesgo y la vacunación en masa en África Central y Oriental.
La Iniciativa contra la Fiebre Amarilla, que se centra en los países africanos muy endémicos, recomienda la inclusión de la vacunación contra la fiebre amarilla en la inmunización sistemática de los lactantes (a partir de los 9 meses de edad), la realización de campañas de vacunación en masa de todos los mayores de 9 meses en las zonas de alto riesgo, y el mantenimiento de la capacidad de vigilancia y de respuesta a los brotes.
Entre 2007 y 2016 se han completado campañas de vacunación preventiva contra la fiebre amarilla en 14 países: Benin, Burkina Faso, Camerún, Côte d’Ivoire, Ghana, Guinea, Liberia, Malí, República Centroafricana, Senegal, Sierra Leona y Togo. Nigeria y Sudán las están llevando a cabo. La Iniciativa contra la Fiebre Amarilla cuenta con el apoyo financiero de la Alianza GAVI, la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea, el Fondo central para la acción en casos de emergencia, los ministerios de salud y los asociados en los países.
FIEBRE AMARILLA:
[1] «Temas de salud» <> «Fiebre amarilla»
FUENTE: OMS / Temas de salud > Fiebre amarilla
http://www.who.int/topics/yellow_fever/es/
Temas de salud
Fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El virus es endémico en las zonas tropicales de África y América Latina.
Una vez contraído el virus y pasado el periodo de incubación de 3 a 6 días, la infección puede cursar en una o dos fases. La primera, aguda, suele causar fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Posteriormente, la mayoría de los pacientes mejoran y los síntomas desaparecen en 3 o 4 días. Sin embargo, el 15% de los pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados diferentes sistemas orgánicos. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días, y los demás se recuperan sin lesiones orgánicas importantes.
No hay tratamiento curativo para la fiebre amarilla. La vacunación es la medida preventiva más importante contra la fiebre amarilla. La vacuna es segura, asequible, muy eficaz, y una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo.
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{[*Vídeos
«Alejandro Costa, responsable del equipo de Vacunación y Reservas en Emergencias, explica cómo funciona la reserva mundial de vacunas.»]
[*«OMS: Reserva mundial de vacunas contra la fiebre amarilla – Q&A»
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Publicado a 27/06/2016
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