ENFERMEDADES INFECCIOSAS BACTERIANAS: [2]«Fiebre tifoidea» (OMS/Preguntas y respuestas en línea, Enero de 2018) /[1]«Fiebre tifoidea» (Actualización <> OMS/Nota descriptiva, Enero de 2018)




[2] Fiebre tifoidea

(OMS / Preguntas y respuestas en línea, Enero de 2018)

FUENTE: OMS 2018 / Reportajes > Preguntas y respuestas

http://www.who.int/features/qa/typhoid-fever/es/

Fiebre tifoidea

Preguntas y respuestas en línea
Enero de 2018

¿Qué es la fiebre tifoidea?

La fiebre tifoidea es una infección potencialmente mortal causada por la bacteria Salmonella typhi.

En general se propaga por agua o alimentos contaminados.

Sus principales síntomas son fiebre, fatiga, cefalea, náuseas, dolores abdominales y estreñimiento o diarrea. Algunos pacientes pueden presentar erupciones. En los casos graves pueden surgir complicaciones de importancia, que a veces incluso resultan fatales.

La fiebre tifoidea puede ser tratada con antibióticos, aunque la creciente resistencia a distintos tipos de antibiótico complica cada vez más el tratamiento.

Aun cuando los síntomas desaparezcan, a veces el enfermo sigue siendo portador de bacterias tifoideas, lo que significa que puede transmitirlas a otras personas a través de las heces.

Se estima que cada año contraen fiebre tifoidea entre 11 y 20 millones de personas y que entre 128 000 y 161 000 de ellas acaban falleciendo. El mayor riesgo se da en las comunidades pobres y los colectivos vulnerables, incluida la población infantil.

¿Cómo puedo protegerme de la fiebre tifoidea?

La fiebre tifoidea es común en lugares con deficientes servicios de saneamiento y privados de agua de bebida salubre. El acceso a agua potable y a un saneamiento adecuado, la educación sanitaria, la observancia de una higiene apropiada por parte de los manipuladores de alimentos y la vacunación antitifoidea son otras tantas estrategias eficaces para prevenir y controlar la enfermedad.

Hace muchos años que se vienen utilizando vacunas para prevenir la fiebre tifoidea:

  • una vacuna inyectable de antígeno purificado que se administra a las personas de más de 2 años de edad;
  • una vacuna viva atenuada, formulada en cápsulas, que se administra por vía oral a personas de más de 5 años de edad.

Estas vacunas no confieren inmunidad duradera y no están aprobadas para niños menores de 2 años.

En diciembre de 2017 la OMS precalificó la primera vacuna conjugada contra la fiebre tifoidea. Esta nueva vacuna proporciona una inmunidad más duradera que las antiguas, requiere dosis más pequeñas y se puede administrar a los niños a partir de los 6 meses de edad.

Esta vacuna tendrá prioridad en aquellos países que presentan la mayor carga de fiebre tifoidea. Ello ayudará a reducir el frecuente uso de antibióticos para tratar la enfermedad, lo que a su vez frenará el ritmo al que Salmonella typhi adquiere resistencia a los antibióticos.

 



[1] «Fiebre tifoidea» (Actualización)

(OMS / Nota descriptiva, Enero de 2018)

FUENTE: OMS 2018 / Centro de prensa > Notas descriptivas

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/typhoid/es/

Fiebre tifoidea

Nota descriptiva
Enero de 2018


Datos y cifras

  • La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa potencialmente mortal causada por la bacteria Salmonella typhi, que suele transmitirse por agua o alimentos contaminados.
  • Según las estimaciones, cada año enferman de fiebre tifoidea entre 11 y 20 millones de personas, de las cuales mueren entre 128 000 y 161 000.
  • Los síntomas consisten en fiebre prolongada, cansancio, cefaleas, náuseas, dolor abdominal y estreñimiento o diarrea. Algunos pacientes presentan erupciones cutáneas. Los casos graves pueden complicarse seriamente y causar la muerte.
  • La fiebre tifoidea se trata con antibióticos, aunque la creciente resistencia a diferentes tipos de antibióticos hace que el tratamiento sea cada vez más complicado.
  • Desde hace muchos años se vienen utilizando dos vacunas para prevenir la fiebre tifoidea. La OMS precalificó en diciembre de 2017 una nueva vacuna conjugada que proporciona una inmunidad más prolongada.

La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa potencialmente mortal causada por la bacteria Salmonella typhi, que suele transmitirse por agua o alimentos contaminados. Una vez ingerida, S. typhi se multiplica y pasa al torrente sanguineo.

La urbanización y el cambio climático podrían incrementar la carga mundial de fiebre tifoidea. Además, la creciente resistencia a los antibióticos está facilitando su propagación entre la población de las ciudades superpobladas y en los sistemas de saneamiento y distribución de agua inadecuados o inundados.

Síntomas

S. typhi solo vive en el ser humano. Las personas con fiebre tifoidea son portadoras de la bacteria en la sangre y los intestinos. Los síntomas consisten en fiebre alta prolongada, cansancio, cefaleas, náuseas, dolor abdominal y estreñimiento o diarrea. Algunos pacientes presentan erupciones cutáneas. Los casos graves pueden complicarse seriamente y causar la muerte. La fiebre tifoidea puede confirmarse mediante análisis de sangre.

Epidemiología, factores de riesgo y carga de la enfermedad

La mejora de las condiciones de vida y la aparición de los antibióticos dio lugar a una gran reducción de la morbilidad y mortalidad de la fiebre tifoidea en los países industrializados. Sin embargo, en zonas en desarrollo de África, las Américas, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental sigue constituyendo un problema de salud pública.

Según las estimaciones de la OMS, cada año enferman de fiebre tifoidea entre 11 y 20 millones de personas, de las que mueren entre 128 000 y 161 000.

El riesgo de fiebre tifoidea es mayor en poblaciones sin acceso a agua salubre y saneamiento adecuado. El mayor riesgo corresponde a las comunidades pobres y los grupos vulnerables, entre ellos los niños.

Tratamiento

La fiebre tifoidea se trata con antibióticos. Como ha aparecido resistencia a los antibióticos, entre ellos las fluoroquinolonas, en las regiones afectadas se están utilizando antibióticos más recientes, como las cefalosporinas y la azitromicina. Esporádicamente se ha descrito resistencia a esta última, pero todavía no es frecuente.

Los pacientes pueden seguir siendo portadores de la bacteria después de la desaparición de los síntomas, lo cual significa que pueden transmitirla a otras personas a través de las heces.

Es importante que las personas en tratamiento por fiebre tifoidea:

  • Tomen los antibióticos todo el tiempo que el médico haya prescrito
  • Se laven las manos con agua y jabón después de hacer sus necesidades y no preparen ni sirvan alimentos a otras personas, con lo que se reduce la probabilidad de transmisión a terceros
  • Se sometan a pruebas para comprobar que no siguen siendo portadores.

Prevención

La fiebre tifoidea es frecuente en entornos con saneamiento deficiente y sin agua de bebida salubre. El acceso a agua salubre y saneamiento adecuado, la higiene de los manipuladores de alimentos y la vacunación son medidas eficaces para prevenir la enfermedad.

Desde hace muchos años se vienen utilizando dos vacunas para prevenir la fiebre tifoidea:

  • una vacuna inyectable con antígeno purificado para mayores de 2 años
  • una vacuna oral (en cápsulas) atenuada con organismos vivos para mayores de 5 años

Estas vacunas no proporcionan una inmunidad de larga duración y no están aprobadas para menores de 2 años.

La OMS precalificó en diciembre de 2017 una nueva vacuna conjugada que proporciona una inmunidad más prolongada y se puede utilizar en niños de más de 6 meses.

Todos los viajeros a zonas endémicas corren el riesgo de contraer la fiebre tifoidea, aunque dicho riesgo es generalmente bajo en centros turísticos y negocios con altos niveles de alojamiento, saneamiento e higiene de los alimentos. Se debe proponer la vacunación a quienes viajen a destinos donde el riesgo de fiebre tifoidea sea alto.

Las siguientes recomendaciones ayudan a garantizar la seguridad durante los viajes:

  • Asegurarse de que la comida está bien cocinada y sigue estando caliente cuando se sirve.
  • Evitar la leche sin hervir y los productos a base de leche sin hervir. Solo hay que consumir leche pasteurizada o hervida.
  • Evitar el hielo, a no ser que esté hecho con agua salubre.
  • Hervir el agua cuando se dude de su salubridad, y si no es posible, desinfectarla con desinfectantes fiables de liberación lenta, generalmente disponibles en las farmacias.
  • Lavarse las manos bien y frecuentemente con agua y jabón, sobre todo después del contacto con mascotas o animales de granja y después de hacer sus necesidades.
  • Lavar bien y, a ser posible, pelar las frutas y hortalizas, sobre todo si se van a comer crudas.

Respuesta de la OMS

En diciembre de 2017, la OMS precalificó la primera vacuna conjugada contra la fiebre tifoidea. Esta nueva vacuna ofrece una inmunidad más prolongada, requiere menos dosis y puede administrarse a niños de más de 6 meses.

Se dará prioridad a esta vacuna en los países con mayor carga de fiebre tifoidea. Ello ayudará a reducir el uso frecuente de antibióticos, que a su vez reducirá el aumento de la resistencia de S. typhi.

En octubre de 2017, el Grupo de Expertos de Asesoramiento Estratégico (SAGE) en materia de inmunización, que asesora a la OMS, recomendó el uso sistemático de las vacunas conjugadas contra la fiebre tifoidea en niños de más de 6 meses de los países endémicos. Asimismo, pidió que se dé prioridad a la introducción de estas vacunas en los países con mayor carga de fiebre tifoidea o de resistencia de S. typhia los antibióticos.

Poco después de la publicación de la recomendación del SAGE, la Junta de la Alianza GAVI aprobó financiar con US$ 85 millones, a partir de 2019, las vacunas conjugadas.

 


 

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